miércoles, 26 de agosto de 2015

La resurrección de Throe. Anabelle y Throe. Parte 1.



THROE
Llevo horas caminando por la orilla del rio, sin rumbo fijo. El sol va a salir en pocos minutos y yo aún no tengo claro que tengo que hacer.

 Lo más sencillo sería ir directamente a casa de Anabelle y tomar lo que por emparejamiento me corresponde, pero no me parece justo. Nunca me pareció justo provecharme de las hembras, y menos cuando estoy pensando en la mía.

Qué distinto habría sido todo si hubiera dado este paso antes de la decisión de Xcor y mis antiguos hermanos. Ahora no,  parecería que acudo a Anabelle por conveniencia y con el rabo entre las piernas.

Maldito Xcor. Malditos Bastardos.

Les maldigo y deseo el peor de los destinos.

Pero ahora no es hora de perder mi tiempo en pensar en ellos. Ahora es el momento de pensar  qué voy a hacer con mi vida. Podría ir a casa de Abalone y obligarle a aceptarme como huésped a través del vínculo familiar que nos une, pero no voy a hacerlo. Tengo mi orgullo y hacer eso, sería rebajarme a lo más bajo, darle al Rey carta blanca para localizarme y humillarme.
Miro la superficie del río que refleja los últimos rayos de luna y la espalda ya me pica en consecuencia. El sol está a punto de salir.

Respiro profundamente.

¿Cómo podré ser un Hellren como Anabelle se merece si no puedo proveerla de lo más básico, si dependo de ella para poder subsistir?

Camino lentamente por el río y de repente todas las alarmas en mi cabeza se disparan.
Siento a Anabelle cerca y también...huelo a Lesser. ¡Maldita sea! ¿Qué está haciendo tan lejos de casa a punto de amanecer?



Me desmaterializo y busco el eco de mi sangre para materializarme justo enfrente y la imagen que me encuentro es esperpéntica. Tres lessers rodeando a mi hembra y ella apuntándolos con un arma de fuego.

 . ¡Joder!

 La tienen rodeada pero ella, aunque emana miedo visceral, hasta en esta situación, mi futura shellan es valiente y les encara.

El vampiro en mi despierta. La furia clama por la sangre de los lessers y mis manos ya están enfundando mis dagas. El instinto de protección me abruma y dirige mis actos.
Mía. Mía para proteger.

Ni siquiera lo pienso. Me materializo a la espalda de esos HDPs y empiezo a hacer lo que mejor sé. Destripar lessers y proteger.


ANABELLE
Había estado toda la noche preocupada por Throe, esperando su visita pero ya casi amanecía y no había llegado. Preocupada recorro la habitación y tomo una decisión.

 Iría a buscarlo, rastrearía su sangre.

Bajo a la oficina que fue de mi padre y al abrir el escritorio tomo el arma que había comprado, el arma que estuve obligada a aprender a usar por culpa de la falla de la hermandad, la coloco en mi espalda y la tapo con el abrigo. Salgo al exterior de la casa y busco el rastro de Throe, su sangre estaba fuerte dentro de mí y me lleva a un lugar cerca del río, camino unos pasos para salir a terreno descubierto cuando un grupo de lessers me corta el paso.

Puedo sentir como la sangre abandona mi rostro, era la primera vez que me encontraba con unos, enseguida dejando mi temor de lado saco el arma y apunto

-  Sé usar el arma y estaré encantada de usarla en ustedes -grito al ver que me can encerrando, llevan pistolas y cuchillos y uno se acerca tirando un navajazo haciendo que dispare en su hombro pero ni se inmuta, ríe despectivo.

No voy a salir inmune de esta y si lo hiciera con vida sería un milagro.

Throe te necesito, no quiero morir, no ahora, no así pienso volviendo a disparar esta vez en la cabeza de otro que se acercaba a mi izquierda.


THROE
Todo sucede en unos segundos.

 Tres lessers arrinconando a mi hembra. Instantes después, miembros de Lessers desperdigados por el asfalto.

 Ni siquiera he sido consciente de lo que estaba haciendo. Solo tenía una imagen en mi cabeza y era la de Anabelle a salvo y segura. Recuperando el aliento observo a Anabelle temblando, mirándome asustada toda salpicada de sangre negra  y apuntándome con un arma de fuego.

Entonces mi cerebro se ancla y me doy cuenta de lo que he hecho. He mostrado mi lado más salvaje, el lado que ninguna hembra debería ver jamás. La guerra ha llegado hasta ella y eso solo demuestra como la he fallado.

Bajo las armas a un lado y la escaneo visualmente buscando heridas o signos de daño.

- ¿Estás bien, Anabelle? -

Quiero dar un paso hacia ella pero no quiero asustarla más, mi aspecto no está mejor que el suyo. Siento la sangre aceitosa por encima de mi cuerpo y el olor nauseabundo cubriéndome.


ANABELLE
Iba a volver a disparar cuando como salido de mis deseos aparece Throe, un Throe desconocido para mi hasta este momento, el guerrero. Antes que pudiera decir o hacer algo el caos de desata.
Apenas puedo distinguir lo que sucede, sólo veo destellos de armas, escucho gritos que intento descifrar que no sean de mi guerrero, alguna que otra vez la sangre negra me salpica pero no puedo moverme del lugar donde estoy.

Pudieron ser minutos, segundos los que pasaron pero de pronto todo ruido cesa, mi visión se vuelve clara y veo al grupo de lessers tirados, muertos, no muertos no, masacrados y Throe mirándome fijamente con los colmillos extendidos.

Intento dar un paso a él pero mis pies al obedecen, no por miedo, me ha protegido, sino por lo mal que hubieran acabado las cosas para mi si no hubiera llegado en el momento que lo hizo.

Meneo la cabeza tratando de aclarar  mi mente cuando veo que me habla, su voz es ruda aunque trata que no suene así. Su pregunta se filtra poco a poco en mi mente y asiento lentamente, mi boca parecía no reaccionar, ante un nuevo intento doy un paso hacia él buscando ahora yo alguna herida en su cuerpo.


THROE
Aliviado tras su confirmación, luego me invade la frustración. Esta ella evaluándome a mí. Maldición.

 No, así  no puede empezar una vinculación,  con la hembra cuidando de macho. Tiene que ser todo lo contrario.

Estiro mi brazo y la cojo por la cintura acercándola protectoramente hacia mí,  mientras mis sentidos escanean los alrededores.

Nada, Ni un alma, ni un Lesser. Solo el ruido del rio a nuestra espalda.

- Baja esa arma Anabelle o nos harás daño.-

Siento su incertidumbre y tras unos segundos aspirando su aroma mezclado con esa aceitosa y dulce pestilencia, ella relaja la mano que lleva el arma. Necesitamos quitarnos este hedor ambos.
Su cuerpo contra el mío me reconforta y saber que está bien, libera mi carga. Pero entonces la preocupación aparece ensombreciéndolo todo. La miro a los ojos sin soltarla

- ¿Se puede saber que estabas haciendo aquí sola, Anabelle? Virgen santa! ¡¡Podían haberte matado!!


ANABELLE
Me abraza y siento que nuestros cuerpos huelen a nuestros enemigos, veo que observa todo esperando la llegada de más lessers pero eso no pasa, voy a decir algo cuando me pide que bajé el arma, noto que aún la tengo sujeta con fuerza y la bajo respirando más tranquila.

Me separa un poco de su cuerpo y me mira enojado, sus palabras salen roncas y sus ojos están cargados de furia y eso hace bullir nuevamente mi adrenalina y lo empujo separándome y encarándolo.

-¿Que qué pensaba? -bufo enojada- pensaba en lo preocupada que estaba por ti, porque si miras tu maldito teléfono probablemente tengas mil mensajes míos y mil mensajes de voz más preocupada porque no sabía nada de ti -bajo la voz-  sé que es lo que haces, luchar contra nuestros enemigos y ahora sé cuán mortal eres pero hace unos minutos no lo sabía y pensé que te había pasado algo -empujo su pecho con el dedo- debes entender que ahora alguien se preocupa por ti  -gruño cabreada-  tuve miedo -reconozco en voz baja.


THROE
 Sonrío y me siento el tipo más afortunado del mundo. Y al mismo tiempo me asusto de muerte por las consecuencias de todo esto si yo no hubiera llegado a tiempo. Me he vinculado con una hembra demasiado valiente; los lessers no me mataran pero ella quizá lo haga de un ataque al corazón si vuelve a salir a la calle en mi busca con un arma en la mano.

- Leelan...- me sale instintivo y me detengo un segundo al escucharme a mí mismo decirlo, luego sonrío aun más. En algún momento tenía que empezar a decirlo ¿no? - ... esconde ese arma ahora mismo y vayámonos de aquí. Vas a ser mi shellan y soy yo el que tiene que pasar miedo por ti y no al contrario.-

Sigo sin soltarla y de dentro me sale el besarla en la frente. Y no lo refreno. ¿Para qué? La beso dulcemente y siento como su cuerpo pierde tensión.

- Te agradezco que te preocupes por mí pero como ves, soy difícil de matar. Esto no es un lugar para una hembra como tú. Vámonos -

Le pregunto con los ojos si me sigue y por una vez no la veo batallar conmigo

- Siento lo del teléfono. Lo he apagado hace un par de horas -

Digo en un susurro mientras echamos a andar. No da a lugar regañarla por algo que ha hecho de forma instintiva.

- ¿Donde quieres que te lleve? ¿A tu casa? ¿Puedes desmaterializarte? Yo te seguiré para que no te suceda nada-


ANABELLE
Cuando me habla de esa manera y me explica las cosas de esa manera, haciendo que comprenda su punto de vista sin presionarme o imponerse sino haciendo que vea lo que siente es ahí cuando me derrito y no puedo protestar cuando me abraza y caminamos juntos. Se siente bien, caminar así, juntos y él protegiéndome, aunque la sangre de lessers es lo único que arruina el momento.

Sus ojos aceleran mi corazón y notó algo raro en su mirada.

-Vayamos a casa, estoy bien y puedo desmaterializarme -nos señalo ambos- creo que nos haría bien tomar una ducha -me acerco y lo beso con la misma suavidad con la que lo hizo el antes y me separo sólo un poco-  ¿Te espero en casa? -lo miro y cuando asiente me transporto de nuevo a casa y lo espero para entrar juntos.


THROE
Sigo sus moléculas y me materializo en la puerta. El sol está despuntando.

- Entra en casa ya Anabelle y ves a descansar. Lo de la ducha...es tentador pero quiero que estés bien segura de tu invitación. Estoy vinculado a ti, pero no estamos emparejados oficialmente. ¿No tienes miedo de tu reputación?


ANABELLE
Lo miro sin entender y de pronto siento que nuevamente estoy haciendo todo mal, retrocedo un poco herida

-Me refería a una ducha en el cuarto de invitados Throe, una cena caliente si no has comido aún y segundo ya casi todo el mundo está enterado del compromiso. ¿Recuerdas que íbamos a empezar las visitas? -niego y después vuelvo al ataque ronca-  ¿Acaso no crees que ambos estaremos en boca de todos cuando se empiece a saber el motivo de nuestro compromiso? Piensas mal Throe, sólo te ofrecía un lugar donde ducharte y estar bien ya que el amanecer se acerca, no mi cuerpo ni sexo en la ducha. -lo miro insegura y dolida-  aparentemente ofrecerte una ducha, una cama y algo caliente, mi compañía si deseas, no sexo, es demasiado para ti -giro para entrar en la casa.


THROE
Resoplo. Siempre igual, a la más mínima soy malinterpretado.

Con Xcor y mis trahyners ha sido peor. Alargo un brazo y la detengo antes de que entre. Por enésima vez tengo que explicarme ante ella.

- No me has entendido, Anabelle. Estoy pensando en tu reputación, ni más ni menos. Por supuesto que tu ofrecimiento es válido, y más  ahora que...- enmudezco de golpe. Ella no tiene porque ser partícipe de mis desgracias. Es mi hembra y como tal debo tratarla.

-Siento si te ofendí Anabelle, ahora simplemente métete en casa y protégete del sol.-


ANABELLE
Lo miro y luego tomo su mano, algo ha pasado puedo sentirlo, el está callando y es algo importante. Tiro de él.

-Entra conmigo Throe, acepta mi invitación, he pasado mucho miedo esta noche y no quiero seguir sola -lo miro deseando que confíe en mi-  por favor...


THROE.
Asiento con la cabeza. Mi orgullo por los suelos, mi valía en entredicho... ¿pero cómo voy a dejarla sola en un momento así? Levanto su mano y beso su dorso con candor.

- Será un placer acompañarte Anabelle hija de Keegan. -

Me deleito con el aroma de su mano que a pesar del olor a lesser y a pólvora consigo aspirar.

- Y acepto con honor la invitación, una buena ducha y un buen techo nunca se debe desdeñar.-
Suelto su mano y la invito a precederme con un gesto de mi mano. Cuando su cuerpo pasa junto al mío, inclino mi cabeza y susurro rápidamente en su oído.

- Ya sé que el sexo no entraba en la invitación, eres una hembra de gran valía pero sería un necio si despreciara ese regalo  si se me ofrece, leelan -

Me incorporo y sonriendo espero a seguirla.


ANABELLE
Me estremezco cuando su voz ronca susurra en mi oído, pero algo voy conociéndolo, sé que aunque me desea algo ha pasado, puedo sentirlo y definitivamente voy a averiguarlo. Entramos a la casa y a pesar de todo tomó su mano y lo llevo al cuarto que era de mis padres y estaba cercano al mío.

-Aquí puedes ducharte y seguro hay algo de ropa de mi padre que pueda irte, yo iré a ducharme y nos encontramos en la cocina, hoy estoy sola y cocinaré algo para ambos si te apetece. Yo no he cenado y tengo apetito -te miro y me acerco a besar tu mejilla- ¿Me acompañaras?

Continua en parte 2.






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