LASSITER:
La noche prometía. Me las había arreglado para
estar libre de acompañar a los vampiros de patrulla, me las había apañado para
tener el salón para mi solo, había saqueado el frigorífico y me había apoderado
de un pack de cervezas heladas y….¡bingo! el gran mando del universo, el mando
a distancia con más de ciento cincuenta canales y entre ellos el de deportes
donde iban a retransmitir el partido de los yankees.
Siento mi culo haciendo mi
huella en el sofá y enciendo el televisor, el partido está a punto de comenzar.
Esto prometía. El locutor del partido está como loco si los yankees ganan el
partido se podrían declarar campeones de liga.
-¡Vamos yankees!-
Grito en alto. Por
un instante pienso en Vishous y en Butch y una sonrisa pérfida se pinta en mi
rostro al imaginarme sus caras tristes cuando se enteren que la liga la ganan
los yankees. Eso les pasa por elegir estar en el bando perdedor. Los Red
Sox.
En ese momento siento que alguien me observa, el aura de
maldad del devorador de pecados me golpea pero a modo de saludo le dedico una
de mis sonrisas.
-¿Estás espiándome?. Ten cuidado no vaya a pensar que te has
enamorado de mi, Rehvenge-
REHV:
Sonrío de lado.
Maldita mi suerte de encontrarme al angelito en la sala a esta hora. Lo
que necesito es descansar y olvidarme un rato de los problemas de los
aristocratas y de la colonia. Y no empezar una batalla campal con el iluminado
de la mansión.