jueves, 12 de mayo de 2016

Tiempo para ellas o la crónica de una bronca anunciada.




- Inhalar...mantener la respiración y después exhalar – repitió suavemente el ángel con los ojos cerrados y Mary sintió la calma interior creciendo en ella.

Sabía positivamente que Rhage y el resto de machos estaban espiándolas escondidos tras el espejo sin  confiar en que el ángel que se hubiera ofrecido altruistamente a dirigir las clases de yoga, pero eso no la iba a hacer desistir de su idea.

Al principio, a Mary le había sorprendido que el ángel tuviera el más mínimo interés en algo que no fuera la tele, esos casposos seriales de tv y realitys shows que le tenían pegado el culo al sofá. Cuando Lassiter le aseguro que Oprah había dicho en su programa que el yoga era  saludable y recomendaba su práctica, fue cuando empezó a creerse en las intenciones del enorme macho bicolor. Mas le sorprendió que el ángel se sacara un curso express al respecto y que se ofreciera a impartir clases como si fuera un yogui profesional. Nop, no le pegaba la imagen de yogi a alguien tan ridículo e irreverente que se pasaba todo el dia siendo mas que superficial, pero para todo había un principio.

Hasta ese momento, ella habia dirigido las clases de relajación, pero con el ángel ofreciéndose, ella había pasado a disfrutar plenamente del entrenamiento. Y como Lassiter acudía a las clases vestido con mallas de colores y unos pantalones rojos cortos de runner de los ochenta, pues como que no le había parecido tan extraño todo, después de todo. Que el torso del macho estuviera cubierto por una camiseta negra de los ramones era del todo estrambótico con aquellas mallas rosas.

-Abrid los ojos y ahora pasemos a estirar esas caderas que tanto nos molestan, chicas.