jueves, 16 de julio de 2015

Mensaje entregado con alguna sorpresita. Wrath y Payne.





Viene de aqui

Payne.

Escapando como puedo de la shellans que sólo quieren convertirme en una de ellas, llego en dos zancadas al despacho de Wrath. En ese momento sale Fritz del despacho  y tras saludarle le pregunto si el Rey esta en el interior y si está disponible.

Fritz sonríe amablemente y tras excusarse con “ un momento , por favor” vuelve a entrar. Al salir asiente y me dice que el Rey me está esperando.

Abro las puertas y entro decidida. Wrath está como siempre últimamente, detrás del despacho. Tendremos que solucionar eso.

George levanta  las orejas al verme y me tenso. Me encanta la mascota real, pero últimamente le ha dado lanzarse sobre mi y molerme a lametones por la cara.  Huelo mas a perro que a mi macho . Y lo peor es que Wrath no hace nada por evitarlo, pero llevo en mi bolsillo la venganza perfecta para estos dos.

En cuanto meto la mano en mi bolsillo George sale directamente sobre mí.

Otra vez. Dios mio. ¿ Qué hice para merecer esto?


Wrath
Acaricio la cabeza de George que en cuanto entra Payne, se  levanta y se lanza sobre la guerrera.

Olvido que últimamente se han vuelto muy amigos. Me imagino la escena por los jadeos de George y las quejas de Payne y sonrío divertido: otra vez mi perro ha vuelto a encaramarse sobre la guerrera. Bravo por George.

- ¿ Y bien, Payne? ¿ Por qué la urgencia de la visita? -

Chasqueo los dedos y George, jadeando, vuelve a mí y se coloca  justo debajo de mi mano para que siga acariciándole. Pero noto algo raro alrededor del cuello de George, pero no identifico que es. Payne profiere algunas maldiciones acerca del pelo de perro sobre su ropa y luego suelta una risita. Esta hembra es muy extraña.

Juro por la VE que no  he entrenado a George para que salte sobre nadie  pero me encanta que provoque a Payne.

– Buen chico – murmuro acariciándolo y sigo sin identificar que lleva sobre su collar.

viernes, 10 de julio de 2015

Cacería de brujas. Fan Fic Tohrment y Lassiter. Capitulo 6




Viene de Capitulo 5.

Tohrment

Un par de segundos después de que el ángel se perdiese de vista, Tohrment comenzó a disparar órdenes como si fuesen las jodidas balas de su glock. Zsadist y Vishous escucharon, atentos, para asentir casi imperceptiblemente y colocarse en posición.

- Z, el patio trasero de la casa, tenemos que cubrir todas las posibles entradas y salidas, y vamos a suponer que el cabrón no va a llamar al timbre, aunque si los demonios se parecen en algo a los ángeles, no me extrañaría que llegase hasta con tarjeta de visita. V, busca una posición alta para controlar su llegada con suficiente antelación. No quiero sorpresas con un enemigo del que no sabemos apenas nada.-


La preocupación teñía su voz. No era miedo lo que sentía, hacía mucho tiempo que había dejado de sentir esa emoción, como si el perder a Wells y casi perder a Autumn le hubiese hecho inmune a todos los demás peligros, pero odiaba la sensación de impotencia que le envolvía en todo este asunto de íncubos y demás mierdas... esta no era su liga, no estaban preparados para luchar contra esta amenaza y no pretendía fingir lo contrario.

Dependerían por completo de Lassiter una vez que el demonio apareciese, y recibir órdenes en lugar de darlas era algo a lo que ya no estaba acostumbrado. Comprendía ahora lo que debían de sentir sus hermanos cada vez que él empezaba a ladrar instrucciones para todos ellos... Joder! Eran guerreros entrenados, y con toda certeza se sabían capaces de actuar sin manual de instrucciones... la situación actual le hizo sentir un nuevo respeto por todos ellos y por su aceptación como su líder en las calles.

Manteniendo siempre la distancia de seguridad que Lassiter les había recomendado, pudo observar a Z rodeando la casa, típica de la mejor película familiar americana, con su valla blanca, su pequeño jardín e incluso una caseta de perro de la que, repentinamente, salió un enorme rottweiler de aspecto cabreado.

 Zsadist se acercó a la valla de madera en la que el animal se apoyaba sobre sus patas delanteras, colocó su mano abierta frente a su morro y éste se tranquilizó al instante como si hubiese comprendido que estaba tratando con los chicos buenos... Tohr enarcó una ceja, sorprendido por la hasta entonces desconocida habilidad del vampiro que aterrorizaba a todos como deporte, y le vio retirarse de nuevo a una posición escondida, en la que era, a pesar de saber que estaba por allí, incapaz de divisarlo. Mientras tanto, V se había hecho un nido en lo alto de un árbol cercano y, por una vez, había apagado su turco para no dejar rastros de ningún tipo que pudiesen poner sobre aviso al enemigo.

El jefe de los vampiros se acomodó, incómodo, en su propio escondite, tras una hilera de coches aparcados a lo largo de la calle, a una distancia prudencial de la casa en cuestión.