sábado, 16 de marzo de 2013

Vagando por las calles. Zypher.





Viene de Reencuentro


Días después

Zypher


Después de la primera comida, estoy ansioso por salir a las calles como siempre.

Xcor piensa que después de lo ocurrió con el rey, en la emboscada que fue un fracaso total, nunca debemos salir los seis juntos y mientras el esta con Throe, dios sabe donde, los primos y yo estamos en el refugio asqueados.

Ellos charlan y juegan a las cartas, mientras yo, en un rincón, intento tallar algo con un burdo trozo de madera.Exasperado miro la talla y la lanzo al fuego. No se parece mas a un pájaro que cuando empecé con ella, y aunque soy hábil con mi cuchillo, no tengo arte ni en el corazón ni en las manos.

Me levanto como un resorte y Syphon me mira desde su silla, con un cigarrillo liado a mano entre sus labios y me pregunta que a donde voy.

- Al centro, a tomarme algo. Tengo hambre.


* Mis palabras son escuetas , pero el primo enseguida capta lo que quiero decir en realidad.Necesito sexo y lo necesito a hora.Se levanta y me pide acompañarme, pero esta vez niego con la cabeza.*




- No, iré solo. Tu quédate con tus hermanos y no te preocupes por mi.-


* Tras palmear su hombro y asegurarme de que llevo todas mis armas conmigo, salgo del refugio y me desmaterializo hacia un ático en pleno centro de Caldie.

Hace frío, y el viento me azota el pelo y levanto la vista al cielo, sonriendo ante la libertad que siento en esos momentos.

Como siempre, salto del edificio y me desmaterializo antes de tocar el suelo.

La sensación que eso me produce, es casi comparable a un buen orgasmo con una mujer y con esa sensación corriendo por mis venas, echo a andar hacia el club mas cercano.

Al atravesar un parque, me fijo en unos chavales que están fumando canutos, sentados en un banco y con una botella a los pies.

No les doy importancia hasta que uno de ellos se separa del grupo y echa a andar hacia uno de los callejones.

Mierda puta...Desde aquí puedo olerles y todos mis sentidos de alerta se me disparan.

Sin hacer ningún ruido, le sigo, con sigilo hasta que veo como se reune con otros dos, y ahí es cuando se disipan mis dudas.Uno de los hombres , tiene el pelo blanco y la piel cenicienta y aprieto los dientes, sacando mi pistola.Ellos son tres y yo solo uno, pero Bah !En peores  situaciones me he visto.*

- Eh, capullos... ¿estais esperando a alguien?

* Les grito antes de empezar a disparar. El del pelo blanco esquiva mis balas, pero los otros dos caen, con los cráneos reventados y atravesados por balas de punta hueca.

Sigo pegando tiros, pero el muy cabrón los esquiva,y llega a mi altura, sacando una cadena de gruesos eslabones, con la que me golpea de lleno, en pleno estomago.

Aprieto los dientes y agarrándolo de las solapas de la chaqueta, le propino una patada en las piernas, desestabilizándolo y haciéndolo caer, pero el me agarra del pelo y rodamos por el suelo sucio del callejón, mientras el encaja mis golpes y yo los suyos.

Intento coger el cuchillo que llevo en el arnés de la espalda y el engendro del Omega, me atiza un puñetazo en la nariz, haciéndome ver las estrellas y empiezo a reírme, cuando mi sangre cae sobre el.

Por encima del hombro veo que los otros dos, aun con sus sesos al aire intentan levantarse y aprieto los dientes con fuerza, mientras logro hacerle una llave al del pelo blanco y lo tumbo sobre su estomago, sentándome a horcajadas sobre el como si fuera una hembra y lo inmovilizo entre mis piernas.

Al fin alcanzo mi cuchillo y con fuerza, desgarro su ropa hasta que dejo su espalda al aire y levanto el puñal por encima de mi cabeza, lo bajo con tanta rapidez y fuerza, que atravieso su caja torácica y debo de darle donde debería estar su corazón, por que con un estallido de sangre negra, el muy cabrón se desvanece y caigo sobre mis rodillas. Antes de caer contra el suelo, apoyo las manos para no aplastarme la cara contra el asfalto y me levanto, maldiciendo por el golpe causado con la cadena y ando hacia los dos que agonizan en el suelo.

Antes de clavarles el puñal en el pecho, les quito su carteras y luego los mando de vuelta con su creador.

Cansado, me paso la mano por el pelo y observo mis trofeos.

No esta mal,  800 dolares en billetes de 100 y sonrió, tirando las carteras y guardándome el dinero, al cual pienso darle muy buen uso, en ese club de putas, que hay a dos manzanas, pero me miro la ropa y suelto una maldición que haría a satanás ruborizarse, al ver en el estado en el que están mis ropas.

Estoy hecho un asco, cubierto de sangre negra y roja por todas partes y manchado por la sucia agua del callejón y con un suspiro, me desmaterializo de vuelta al refugio para asearme un poco...

Ninguna de las señoritas a las que pienso follarme esta noche, tiene por que verme así, y despojándome de mis ropas, me meto bajo la ducha haciendo que el agua helada, se lleve consigo los restos de mugre que llevo en el cuerpo.


continua en Nos Vamos?


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