Viene de " lo que cambia el cuento"
LAYLA:
* Dolida por todo lo que ha pasado, corro hasta mi habitación, quitándome el
vestido, que me aprieta y no me deja respirar, y me lo cambio por otro mas sencillo de
color rosa palo.
Las lágrimas me caen silenciosas por la cara y me cambio los zapatos de tacón por unas
cómodas zapatillas blancas de deporte y cogiendo una simple chaqueta de algodón,
salgo hacia la puerta principal.
Fritz ya está ahí, como si fuera mi guardián y extiendo la mano.*
- Dame las llaves del Mercedes-
* No pido. Lo exijo, por que estoy a punto de perder el control y aunque el intenta
protestar, me mantengo firme y al final accede a darme las llaves y me encamino hacia
el garaje, entrando en el coche y encendiendo el motor.
El rugir del coche me relaja y despacio y como me enseñó Qhuin conduzco hasta llegar
a la carretera.
Ahora no hay nieve, pero me paro en el punto exacto donde hace tan solo dos meses vi a
mi guerrero y aunque espero un rato, no le siento venir a mí, y me seco las lágrimas con
las palmas de las manos, cogiendo aire y poniendo de nuevo el vehículo en marcha.
Conduzco hasta que llego al prado donde una vez le alimenté y sin salir de la seguridad
del metal, reclino el asiento un poco hacia atrás y me quedo contemplando la luna, que
brilla alta en el cielo.
No entiendo por que las cosas tienen que ser así y me pierdo en mis pensamientos,
mientras sigo contemplando la luna, hasta que un sonido proveniente de la parte exterior
del coche, hace que me sobresalte.*
- ¿Hola?
* Pregunto no muy convencida, y trago saliva por que me doy cuenta de que estoy sola
en un sitio extraño.
Me río como si estuviera desquiciada al ver correr a un ciervo delante de los faros del
coche y tras pensarlo un momento, saco mi móvil del bolso y me lo quedo mirando.
Sin pensar más, marco el número de Xcor y contengo la respiración.
Un tono...dos... el corazón empieza a latirme mas deprisa y estoy a punto de colgar
cuando oigo su voz ronca al otro lado de la línea*
-¿Xcor? Soy Layla...-
XCOR:
*El móvil no parada de vibrar dentro de mi bolsillo mientras acababa de rematar al
último restrictor que me había encontrado en la noche. Lástima que fuese el último,
necesitaba más entretenimiento. No quería pensar. Llevaba tiempo dándole vueltas a
nuestro siguiente paso, un paso que me llevase por una vía menos violenta pero era
demasiado lento para mi gusto y eso me exasperaba.
Piso con mis botas el charco de sangre negra que ha dejado mi enemigo y ando por una vía principal
dejando atrás el callejón de muerte. El móvil sigue vibrando. ¿Quién insiste tanto?. Pensando que era
uno de mis bastardos cojo el móvil y contesto molesto*
-¡¿Quién?!-
*Pero cuando escucho esa voz, su voz, la que hace que mi corazón bombee a mil, me
maldigo por haber sido tan brusco, no obstante, un estado de alarma salta dentro de mi*
-Mi elegida…..¿qué pasa? ¿Estás bien?-
*Me dejo llevar por la poca presencia que tengo de ella dentro de mi. Cada vez siento
su rastro más lejano pero la localizo en el prado, nuestro prado. ¿Qué hacía allí?.
Gracias a la Virgen Scriba que existen esos teléfonos móviles y le dí mi número*
-¿Quieres que vaya? ¿Estás en el prado, verdad?-
LAYLA:
* Por unos segundos me quedo helada al escuchar su brusquedad al hablar, pero
contengo el aliento y las ganas de colgar y me armo de suficiente valor para
contestarle.*
-Si, sire.Estoy bien y estoy allí.Yo, no sabia a dónde ir y quería verle-.
* Pienso que es en lo único que he estado deseando, En volver a verle, y una sonrisa un
poco amarga se escapa de mis labios.*
- Siento si le he molestado, sire, quizás le he interrumpido...-
*Su voz, ronca, me habla pausadamente y detiene la verborrea que sale de mis labios.*
XCOR:
*No tardo ni un segundo en aparecer frente a su coche al mismo tiempo que cuelgo el
móvil. Las luces del coche me iluminan impidiéndome la visión de la hembra a la que
sin pretenderlo entregué mi corazón. Avanzo hacia la ventanilla y me doy cuenta de
que me presento ante ella manchado de sangre de restrictor y con algunos cortes. Sin
embargo, la necesidad de poder verla y hablar con ella me vence.
A la altura de la ventanilla la observo, el vestido rosa que lleva le favorece
tremendamente y encima resalta sus mejillas arreboladas. Golpeo la ventanilla para
que la baje o para que abra el coche y salga. ¿Cómo sería estrecharla entre mis brazos y
besarla?. No puedo permitirme albergar tales esperanzas ¿O si?*
-Layla…..-
*Espero paciente perdido en la inmensidad de sus ojos que me recorren de arriba abajo.
Por el Fade bien sé que no soy digno de ella. Miro a nuestro alrededor para comprobar
que estamos solos y nadie la ha seguido, pero aunque hubiese estado toda la Hermandad
al completo esperándome no hubiese dejado de venir a verla. Sin embargo, no hay
nadie, estamos solos en nuestro prado. Porque es nuestro*.
LAYLA:
* Me sobresalto un poco al oír el golpe en mi ventanilla y enseguida su nombre sale de
mis labios.*
-Xcor...
* Con un jadeo ahogado, abro la puerta y sin pensar siquiera en lo que hago, me lanzo a
sus brazos, envolviéndolo con los míos y apoyando mi cabeza en su amplio pecho.
El sonido de su corazón latiendo es música para mis oídos y sin pretenderlo, me pongo a
llorar de nuevo, apartándome un poco.*
-Lo...lo siento... las hormonas me tienen algo descontrolada. Yo solo quería verte, saber que estabas bien..-
*Sonrío a modo de disculpa y de repente no sé que decir. Me siento tonta, ahí parada en
medio del prado, con en coche en punto muerto y mi guerrero frente a mi, mirándome
como si en realidad yo fuera algo valioso.
Huelo el olor de restrictor en sus ropas y alzo los ojos mirándole.*
-¿Estás herido, mi guerrero?-
XCOR:
*Me quedo sorprendido al tener a Layla entre mis brazos pero por una vez en mucho
tiempo siento que tengo un hogar y es entre sus brazos. Limpio y seco con las yemas de
mis dedos las lágrimas que corren por sus mejillas*
-No llores, Elegida. Yo estoy bien, algunos pequeños rasguños sin importancia. ¿Qué es
lo que tienes? ¿Puedo ayudarte?-
*Miro hacia abajo y veo que su vestido rosa está manchado con sangre de restrictor
por pegarse a mí. Me agacho a su lado e intento limpiárselo. No quiero que tenga
nada de nuestros enemigos cerca de ella y joder ahí está la mancha en su vestido. Solo
puedo traerla de regalo esto, me mortifico mentalmente mientras intento limpiar con mi
camiseta la mancha arrodillándome frente a ella*
-Te he manchado de suciedad y creo que no soy capaz de limpiarlo, lo siento-
*Me pongo de pie a su lado deseando que sus brazos vuelvan a rodearme*
- Si ven la mancha alguien en la mansión pueden preguntarte donde has estado-
LAYLA:
*Su gesto hace que mi corazón se encoja y me arrodillo en el suelo, posando mis manos
en sus mejillas sucias y manchadas de sangre y le obligo a mirarme.*
-Me da igual la ropa, guerrero, yo sólo, sólo quería verte, saber que estabas bien y ..-
*Otra vez las palabras se me atascan en la garganta, intentando salir.
Se que no debería de estar aquí, que con esto desafío a la confianza del rey Warth y de
toda a hermandad, que me han acogido como una mas, a pesar de ser una caída, y de
haber amenazado la vida de mi sire Phury con mis propias manos, pero se que es aquí
donde debo estar, aquí y ahora.
Miro a mi guerrero y me obligo a sonreír, mientras mis ojos bajan hasta sus labios,
surcados por esa imperfección que a mis ojos lo hace mas bello.*
-Quería sentirte a mi lado, Xcor...como aquella vez en el prado y aquella vez en la
nieve..-
*Me lamo los labios con un gesto nervioso y me vuelvo a perder en esos ojos azul
marino, que parecen ver a través de mi alma.*
XCOR:
*Apenas puedo escucharla y mi alma se debate entre tomarla , o pedirla, obligarla si
hiciera falta, que se marche*
-Elegida…
*Pero mirarla me deja sin aliento, y sin poder respirar tampoco puedo decirle nada. Para
más inri siento como mi miembro la desea: hinchándose y endureciéndose bajo mi ropa,
hasta convertirse en una agradable agonía.
Una vez ya prometí que no la inmiscuiría en esta guerra, una criatura como ella no
merece encontrarse en esa situación… ¡Maldito fuera Throe! Por traerla a mi! ¡Por
exponerla a esto! Me pierdo en sus labios en la forma que tiene de mordérselos y
lamérselos y me veo bajando la cabeza lentamente hasta alcanzar su boca. Atrapo
sus labios con los míos y la doy un beso suave. Por todos los demonios, me sabe a
gloria y quiero y ansío más, mucho más. Mi respiración se vuelve más trabajosa y con
temor espero su reacción pero ella se ruboriza y hasta sonríe. Mi corazón se llena por
completo*
-Layla, eres maravillosa, tan perfecta….-
*Acaricio sus mejillas con mis dedos y mi mano en su cadera la atrae contra mi pecho
pegándola más a mí*
LAYLA:
* Pierdo la poca cordura que me queda al sentir el aliento de sus labios en los míos y
esta vez soy yo, la que hundo mis dedos en su pelo y atraigo su boca a la mía.
Nuestras respiraciones se vuelven trabajosas y pego mi cuerpo mas al suyo, mientras
siento el martilleo de nuestra sangre en nuestras venas y me doy cuenta de que me
siento excitada, y mi corazón late con mas fuerza aun cuando noto la presión de su
miembro contra mi cadera.*
-Oh...Xcor... No debemos....-
*No puedo acabar la frase por que sus colmillos raspando mi cuello mientras baja a
besarlo son lo mas increíble que he sentido en mi vida y aunque se que deberíamos
parar, no quiero.*
XCOR:
*No puedo parar y paso mis colmillos por el cuello de Layla en un roce sensual. Siento
como ella se deja vencer y se estremece. Con todo lo que he podido vivir y sentir hasta
este momento no me doy cuenta de lo solo que me he sentido. Sin embargo, es muy
egoísta reclamarla para mí cuando tengo un frente abierto con la Hermandad y el Rey
cuando planeo un golpe así y ella está en un punto intermedio. Así que enterrando de
mi nariz en su cabello y en su cuello y depositando un húmedo beso en su cuello y de
nuevo en sus labios me aparto*
-Tienes razón. No podemos. Soy el enemigo de aquellos con los que vives, no quiero
que estés en una posición difícil por mi culpa-
*Estoy alejado de ella y ya siento como el vacío me invade de nuevo. Necesito su calor.
Necesito a mi elegida.*
-Me sorprende que no me tiendas una emboscada por tu lealtad con el Rey. No te
culparía si lo hicieras. Lo entendería y no por ello dejaría de quererte menos.-
LAYLA:
*Algo ruborizada y con el pecho subiendo y bajando le miro y niego con la cabeza.*
- No podría tenderte una emboscada, guerrero... Por mi culpa ya perdisteis vuestro
hogar una vez y no quiero que eso pase de nuevo.-
* Me acaricio el vientre y sonrío mirándole.*
- Nada me gustaría mas que la guerra a la que os veis sometidos solo fuera para con la
sociedad lessering, mi guerrero.Mi hija va a nacer en un mundo totalmente diferente
del que vengo yo, y no quiero guerras para ella. Sólo amor y si ese amor depende de
que yo no te delate, así lo haré, pero por favor, Xcor , sólo te pido que si me quieres,
no lo hagas...No te expongas a que te maten, nallum...-
*Vuelvo a hundir mis dedos en su pelo y acerco mi boca a la suya, mordisqueando
levemente sus labios.*
XCOR:
*Me fundo en el beso, pongo tanto de mí en ese contacto que siento que soy otro. Otro
que casi dejaría atrás el motivo que le llevó a dejar el Viejo Continente*
-Me pides un imposible, Layla. Soy un guerrero-
*Agarro sus manos que revuelven mi cabello y juntándolas entre mis manos se ven tan
frágiles y pequeñas, tanto como su dueña. Me llevo ambas manos a mis labios y las doy
un beso con un ferviente devoto*
-Te prometo que intentaré no caer herido pero me debo a mis guerreros y a la lucha que
he comenzado. Y no por ello mi amor por ti es menor-
*Layla baja la cabeza y colocando un dedo en su barbilla se la alzo para encontrar su
mirada*
-Te juro por mi vida que protegeré a tu hija, siempre. No importa que yo no sea el
padre. Ella estará a salvo de esta guerra-
*Mi móvil empieza a sonar. Maldito artefacto*
-Me quedaría contigo toda la noche pero no quiero ponerte en un compromiso. A mí me
buscan mis hombres y puede que a ti también te busquen los tuyos. ¿Cómo te dejaron
salir de la mansión en tu estado? ¿Y conduciendo? Creo que cada vez son más inútiles-
*Gruño molesto. Saco el móvil para apagar el sonido tal y como me enseño Throe pero
se corta antes la llamada. Un alivio*
LAYLA:
*Sonrío un poco cuando me pregunta como me dejaron salir y le miro, perdiéndome en
sus ojos.*
-Me escapé, necesitaba verte. Estar encerrada entre esas paredes me esta enloqueciendo
y creo que después de lo que ocurrió con el Primale, algunos de los machos de la
mansión me tienen miedo.-
*Bromeo pero recuerdo los pensamientos de Blay hacia mí y otra lágrima resbala por mi
rostro.*
-No somos tan distintos, Xcor... ambos somos prisioneros de nuestro destino-.
*Mi móvil empieza a sonar también y suelto un suspiro.*
-¿Puedo llamarte otro día? O puedes llamarme tú... Si así lo deseas, sire...-
*Cojo su móvil de entre sus manos y con un símbolo de un corazón le grabo mi numero
en la memoria.*
-Solo tienes que apretar la tecla verde, cuando quieras llamarme...-
XCOR:
*Retomo el móvil de vuelta y asiento*
-Tecla verde, entendido. Te llamaré, mi Elegida y si te escapas procura que sea solo
para verme a mí. No quiero que te expongas a ningún peligro-
*Me acerco a ella y deposito un beso largo en sus labios para llevármelo de recuerdo,
eso y cada una de las curvas de su cuerpo ya que lo siento apretado contra el mío*
-Cuídate mucho, Layla porque eres mi corazón-
*Con pesar y resignación me separo de ella y antes de desmaterializarme gravo en mi
memoria su gesto, sus ojos y su figura. Espero volver a verla pronto*
LAYLA:
*Asiento, rodeándole con mis brazos y acepto su beso, cerrando los ojos. Cuando mis brazos abandonan su torso, alzo la mirada hacia sus ojos azules y asiento.*
-Te lo prometo, solo me escaparé si es por estar contigo y cuídate tu también,mi guerrero, por que tu también eres mi corazón... y sin mi corazón no seria capaz de seguir.-
*Veo como se desmaterializa en medio de la noche y con un suspiro me llevo la mano a los labios y los acaricio despacio, queriendo recordar el tacto húmedo de su boca contra la mía, y cuando el móvil vuelve a sonar con insistencia, subo al coche y contesto.*
CONTINUARÁ....

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