martes, 24 de diciembre de 2013

Tu eres mi regalo.Layla y Xcor. Especial Navidad 2013.



LAYLA
* Después de la cena con Qhuinn, Blay y Luchas, y contenta con mis regalos, les doy un beso a cada uno y los dejo con sus cosas, retirándome a mi habitación.
No puedo dejar de pensar en mi guerrero y como estará el pasando esta noche, y sin pensar voy a la cómoda y saco mi móvil y marco el número que me dio.
El teléfono empieza a sonar y me siento en la cama, arrugando mi vestido rojo entre mis manos mientras espero que el tono de llamada de paso a su voz, y cuando por fin descuelga, una sonrisa se instala en mi rostro.*
- Feliz navidad,
* Susurro sin saber que más decir.
De repente las palabras no me salen y me ruborizo como una chiquilla.*

XCOR
*Syphon, Zypher, Balthazar y el resto están pasándoselo muy bien como una gran familia y pese a mis gruñidos de queja esta noche yo también lo estoy disfrutando. Sin embargo, la hembra de la que estoy enamorado no está a mi lado y probablemente esté rodeada de otros machos que la hagan regalos y la halaguen.  Y eso me cabrea enormemente.  El móvil vibra en mi bolsillo y sorprendido descubro que es justamente ella, Layla, la que me llama. Salgo fuera del refugio a la fría noche con el viento frío azotando inclemente y escucho su voz*
-Feliz Navidad para ti también, Layla. ¿Está todo bien?-
*Mi sentido de alerta se activa, si algo o alguien la ha dañado que se prepare*



LAYLA
*Sonrío, soltando el aliento que he estado conteniendo y cuando recupero la voz, le hablo.*
-Estoy perfectamente, solo estaba preocupada por ti, mi guerrero.
* Me levanto de la cama, y ando hacia la ventana, apartando las cortinas para ver los exteriores del jardín.*
-¿estas con tus guerreros?
* Me muerdo el labio, esperando una respuesta, mientras pienso que ojala pudiera ver mi vestido y lo que he comprado para él, a escondidas de Qhuinn y Blay.*

XCOR
*Por la VE, respiro más tranquilo sabiendo que está bien*
-¿Preocupada por mí?-
*Mi interior parece calentarse un poco más con sus palabras*
-Estate tranquila, elegida, estoy de una pieza y si estoy con mis guerreros. Se han empeñado en celebrar esta fiesta y hasta han traído regalos-
*Me quedo un instante callado*
-Me gustaría darte el  tuyo-

LAYLA
*Sonrío como una idiota, mientras sigo  mirando hacia el exterior y sujeto el móvil fuerte contra mi oreja.*
-Yo también tengo algo para ti y me encantaría poder dártelo esta noche.
*suspiro y miro la puerta y rezo para que tanto Qhuinn como los demás estén celebrando la Navidad a su modo y pueda llegar hasta el garaje y coger uno de los coches, aunque tengo preferencia por el Mercedes que uso siempre.*
-¿Crees que podríamos vernos?
* De repente me siento nerviosa e insegura.
Aunque sé que es un macho que ha demostrado varias veces su honor conmigo, me da miedo que en realidad  no le interese en absoluto.*
-Aunque si no quieres, yo lo entenderé, perfectamente.
* Mi voz se corta, casi ahogada y siento que si no salgo ahora mismo de la mansión, voy a terminar asfixiándome.*

XCOR
*Escucho las risas y gritos que proceden de dentro del refugio. Creo que estarán lo suficientemente  ocupados y borrachos como para no notar mi ausencia*
-No hay ningún problema. Quiero verte, me gustaría mucho. ¿Dónde quieres quedar?-
*Palpo en mi bolsillo la pequeña caja que guarda su regalo y me paseo nervioso con el móvil pegado a la oreja dejando las pisadas por el barro*

LAYLA
*Sonrío y mientras sujeto el móvil entre mi oído y mi hombro, cojo mi abrigo, y mi bolso, asegurándome de que la cajita que tengo para él, quede dentro y empiezo a andar hacia el garaje, con los zapatos en la mano.*
- En nuestro sitio especial. Te espero allí en 20 minutos.
* Sonrío porque he conseguido llegar al garaje sin ser interceptada por ningún doggen ni por ninguno de los hermanos, y cogiendo las llaves, me subo al coche y salgo de la mansión.*
-Ya estoy de camino. No tardo nada en llegar.

XCOR
-Nos vemos allí y Layla,….. Ten cuidado-
*Me marcho andando del refugio adentrándome en el bosque para hacer tiempo y desmaterializarme. Aparezco en el prado, el roble me saluda a modo de testigo. Paso la mano por su duro  y rugoso tronco y me apoyo contra él esperando ver aparecer a Layla.
Acabo esperando poco porque aparecen los faros de un coche y sé por la forma de conducir que es ella. Por eso y porque la huelo. Me excito tan solo con sentirla de lejos, intento reconducirme para no parecer un animal en celo ya que seguro que ella está más acostumbrada a los halagos y finas ropas que no a esto o a mí. Me acerco al coche y le abro la puerta para que salga. Me quedo unos instantes mudo ante su belleza, es mejor en persona que el recuerdo en mi mente*
-Hola de nuevo, Layla. Tardaste poco-
*Sonrío de lado un poco cohibido*

LAYLA
* Cojo la mano que me tiende y ruborizada, salgo del coche y un montón de dudas me asaltan de nuevo.
¿Por qué no me besa? Puedo sentir su excitación y también su sangre latiendo rápido dentro de sus venas, pero no hace ningún movimiento por acercarse a mí, y miro el suelo, un poco avergonzada*
-Ven...vayamos allí.
*Sujeto su gran mano entre las mías y tiro del hacia nuestro árbol y me siento en el suelo, encima del abrigo que he dispuesto a modo de manta. Y saco la pequeña caja de mi bolso.*
-Te he traído una cosa. No es mucho, porque no tengo nada mío, pero he pensado que quizás te gustaría tenerlo.
* De nuevo se me atasca un nudo en la garganta, porque el calor vuelve a mí en grandes oleadas y sé que es debido a su proximidad, pero no me atrevo a tocarle.

XCOR
*Agarro la pequeña caja con reverencia y sin podérmelo creer.
-¿Un regalo para mí?
*Miro la caja sin abrirla aún. Layla me mira ruborizada y pendiente. Sin demorarme más abro la caja y descubro una cadena con un colgante en forma de pequeño bote. Lo miro al contraluz de los faros y observo líquido rojo y sé lo que es. Es su sangre. Esta hembra ha hecho que me quede sin palabras*
-Creo que no soy merecedor de algo así. Me has hecho un precioso regalo-
*Paso la cadena por la cabeza y me la cuelgo, la toco con mi mano acercándola a mi pecho*
-Lo conservaré como un tesoro porque es parte de ti-
*Bajo mi cabeza y atrapo sus labios con los míos. Gruño de placer. Qué bien sabe.*
-Yo también te traje algo, espero que sea de tu agrado-
*Le tiendo una pequeña caja*

LAYLA
* Sonrío como una idiota contra sus labios cuando al fin me besa y hundo sus dedos en sus espesos rizos, queriendo más, hasta que él se aparta un poco y me tiende una cajita*
-¿Esto es para mí?
*Un poco avergonzada, la abro y ahogo un jadeo, al ver una fina pulsera de eslabones plateados y me la pongo, mirándola embelesada, hasta que me doy cuenta de que en uno de los eslabones hay una pequeña X marcada.*
-¿Le has puesto tu nombre?
*De repente me callo por que recuerdo que él no ha recibido la cultura necesaria para aprender a escribir y seguro que le tuvo que preguntar a alguien y se me llenan los ojos de lágrimas.*
-Muchas gracias, guerrero, es preciosa.
*Esta vez soy yo, la que le besa, tirando de su labio inferior con mis dientes y sonrío cuando le oigo jadear.*
- Feliz navidad, Xcor.
* Me gusta cómo suena su nombre en mis labios y vuelvo a besarle, no queriendo soltarle nunca.*

XCOR
*Me siento conmovido porque le ha gustado mi regalo. En un primer momento pensé que iba a sentirse ofendida por sentirse marcada con mi inicial pero veo que me equivocaba al pensar eso*
-Feliz Navidad, Layla.  Me has honrado. Gracias. Muchas gracias, Elegida-
*La abrazo y la aprieto contra mi pecho. No quiero soltarla, ni dejarla ir. Vuelvo a besarla*
-No quiero separarme de ti. Ahora entiendo por qué los humanos dicen que la Navidad es mágica. A mí me ha traído el mejor regalo que podía pedir: Tú-

LAYLA
- Y tú eres mi mejor regalo hoy, Xcor.
* Me acurruco entre sus brazos, y oigo el rápido latir de su corazón, junto con un aroma que me deja embobada y acaricio con mi mejilla su camiseta.*
-Hueles maravillosamente, guerrero. Podría quedarme así contigo toda la eternidad.
*Cojo sus manos entre las mías y entrelazo mis dedos con los suyos, buscando sus labios de nuevo.*
- Me gusta estar contigo, porque el frío de mi interior desaparece cuando está cerca.
*Susurro mirando sus maravillosos ojos azul oscuro.*

XCOR
*Layla no podía llegar a sospechar lo mucho que sus palabras calentaban mi alma. La amaba profundamente y ver que ella me toleraba, me quería no tenía palabras para describir esas emociones*
-Me gustaría poder detener el tiempo. No sé qué hice para merecerte-
*Retengo ese momento en mi memoria como si fuese el último. Pero sé que el tiempo es nuestro peor enemigo y ella tendrá que regresar a su lugar y yo al mío*
-Ojalá podamos vernos otro día, como hoy-
*La beso de nuevo apoderándome de sus labios y cuando nuestras bocas se separan siento ya la nostalgia de ella. Toco la cadena que me ha regalado mientras la acompaño de vuelta a su coche*
-Siempre llevaré tu regalo-

LAYLA
-Y yo el tuyo, Xcor...
*Se me llenan los ojos de lágrimas al ver que ya tenemos que despedirnos y me levanto cuando él me tiende su mano, y vuelvo a besarle, poniéndome de puntillas, y atrapando sus labios de nuevo entre los mios.*
-Te llevaré siempre junto a mi corazón, guerrero.
* El me abraza, y pega su frente a la mía, y siento que deseo mas, pero eso es algo que ninguno de los dos podemos permitirnos y mientras me acompaña al coche, cogiendo mi mano, aprieto sus dedos entre los míos y abro la portezuela, iluminando el interior del coche.*
- Te volveré a llamar,y si me necesitas, llámame tu,  Con solo una gota, te sentiré e iré a buscarte allí donde estés.
* Xcor se agacha y vuelve a besarme y la cabeza me da vueltas y el corazón me palpita tan deprisa que pienso que se me va a escapar del pecho.*
-Ojala pudiera ser una hembra digna de ti, guerrero, para que me honra raras como un macho debe honrar a su hembra.
*Xcor parece sorprenderse y sonrío a modo de disculpa.*
-Nadie nunca ha estado interesado en mí en realidad, y que tú me concedas estos momentos de felicidad, son el mayor tesoro que puedo tener de ti, sire.
*Xcor me acaricia el pelo con una expresión que no entiendo y  tras un último beso, él se da la vuelta y se desmaterializa en la noche y yo arranco el coche, golpeando el volante frustrada y preguntándome porque no soy digna de que el me colme con sus caricias, como hacen los machos con sus hembras, hasta que miro hacia abajo y veo mi tripa, todavía plana y rompo a llorar, porque se, que ningún macho querrá nunca nada de mi.* Licencia de Creative Commons
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