*Sonreía en forma automática hacia el macho sentado frente a mí.
Lucan hijo de un antiguo miembro de la Glymera se deshacía en atenciones
que caían en saco roto, halagos que carecían de efecto en mí. Pero como
toda dama educada, la sonrisa se formaba automáticamente y las palabras
de cortesía y hasta algún flirteo brotaban de mis labios.
Mi mente se encontraba en otra parte, por un segundo siento como si
alguien me estuviera observando, levanto la mirada curiosa, recorro el
restaurante. Nadie nos prestaba atención. Poso la mirada en uno de los
vidrios y siento un extraño cosquilleo que me hace fruncir el ceño.
Siento que toman mi mano y me obligo a no retirarla con brusquedad,
desde el beso con Throe no dejaba que nadie me tocara, era como si de
esa manera pudiera preservar ese momento.*
- No sucede nada Lucan, no te preocupes, solo estoy algo cansada -
*Lo
miro fijamente y en forma disimulada deslizo la mano fuera de la del
macho*
-¿Puedes pedir la cuenta por favor? *pido suavemente mientras mi
mente seguía vagando hacia otro lugar.
Las cosas no estaban marchando como deberían, sobre todo con Throe.
Cada vez me costaba más disimular mis sentimientos bajo una fingida capa
de frialdad que estaba lejos de sentir. El macho insistía en tratarme
como una hermana y eso solo me enfurecía más.
Y para completar el cuadro estaba segura que algo había entre Xcor y Throe.
Mis planes de venganza se estaban desvaneciendo como la posibilidad de que Xcor llegue al trono.